CHUCUITO. – La despedida
hacia la eternidad es un momento doloroso que nos roza el alma, pero esta vez,
el Creador decidió llamar a su amado jardinero, Don Esteban Laura Paucar, quien
ha sido elegido para embellecer el Jardín Celestial con su amor y dedicación.
La Plaza Mayor Ludovico
Bertonio en la ciudad de la fe, en la ciudad de la devoción, se viste de luto,
con flores que inclinan sus pétalos en un silencioso homenaje a la prematura
partida de un verdadero maestro del arte de iluminar la vida a través de la
naturaleza.
Esteban, un gigante bondadoso
en su labor, entregó su vida a la belleza de nuestros espacios, dejando sus
manos marcadas por el tiempo y el inquebrantable amor por su trabajo. Su legado
es un susurro eterno en el vibrante verdor de los jardines de la plaza, así
como en el tierno cuidado que brindó a los árboles del Atrio de la Catedral San
Pedro; un testamento viviente de su pasión y entrega.
En nuestros corazones siempre
quedará el recuerdo de un artista innato que moldeó la naturaleza y le dio
vida, guiado por su ingenio y dulzura, como lo hizo con la emblemática careta
del K’usillo, que danzó con gracia durante las festividades de nuestra tierra,
vistiendo de orgullo el alma Yungueño en los inolvidables q’arapulis del 14 de
septiembre.
Más que un jardinero, Esteban
fue un ferviente defensor de nuestras tradiciones, un espíritu vibrante que
irrumpía en cada destello de su danza Q’arapulis, donde su amor por nuestra
cultura y sus costumbres brillaba con fuerza. Cada encuentro en la plaza era
una celebración, un refugio de alegría en medio de su entrega incondicional a
nuestras tierras. Su dulce y sincera sonrisa era un cálido recordatorio de que
el verdadero amor por la tierra reside en aquellos que la cuidan con dulzura y
devoción.
Hoy, rendimos un homenaje
lleno de cariño a su memoria, pidiendo que la autoridad municipal considere
immortalizar su legado al llevar su nombre en uno de nuestros parques, para que
su entrega y esfuerzo nunca se borren de nuestra memoria colectiva.
Don Esteban, tu ausencia será
profundamente sentida en Juli, donde extrañaremos tu tradicional chicha de
quinua compartida en las jornadas laborales de los trabajadores municipales.
Ahora, te unes al coro de
grandes espíritus, junto a tu querido Sitramun Juli, y a otros eternos y
agradecidos maestros como Tomás Zapana Huaylla, Andrés Juli Vilca, Juan Mucho
Quispe, Lidia Esperanza Claros, Julián Pampacata Chipana, Saturnino Chucuya
Choquegonza, Florentino Maquera Arhuata, Carlos Ubaldo León Alvarez, Aurelio
Lupaca Muñiz, Wilber Cachicatari Tito, Isaac Pablo Zapana Mamani, Adolfo
Mollinedo Chuquimia, Mario Sarmiento Aquino, y tantos más que, como tú,
dedicaron sus vidas a servir a nuestra comunidad con amor.
Que tu memoria florezca en
cada rincón de Juli, que cada árbol y cada flor que brota en nuestras plazas
lleve tu esencia, y que cada ritmo y paso de la danza Q’arapulis celebre el
espíritu que sembraste en nuestros corazones.
Descansa en paz, querido
Esteban Laura Paucar. Tu verdor y tu amor florecerán eternamente en el jardín
de nuestras almas.
Con cariño,
Edguitar Almanza de Perú.
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