MOHO.- Hoy, el sol brillaba en
la hermosa Playa "Jardín del Altiplano" de Moho, donde la risa y la
alegría de los estudiantes habitaban el aire. Sin embargo, esa alegría se tornó
en tristeza profunda cuando la vida de tres jóvenes se vio atrapada en un
trágico acontecimiento que marcará para siempre a sus familias y compañeros.
Era el 23 de septiembre, el
día del estudiante, un momento que se debería haber celebrado con risas y
recuerdos memorables. Pero en medio de esta celebración, dos estudiantes de la
Institución Educativa Secundaria de Vilquechico, R.V.M. de 16 años y D.B.L.S.
de 13 años, se convirtieron en víctimas de un infortunio que hizo que la
comunidad se uniera en llanto. R. V. M. fue llevado en un taxi hacia el
hospital tras ser rescatado de las aguas, pero en un fatídico giro de los
acontecimientos, su vida se apagó en el camino. Las esperanzas se desvanecieron
mientras el horizonte se tornaba gris, y el futuro se cubría de luto.
Asimismo, el joven R. C. H. M.
de 14 años se encuentra desaparecido en las mismas aguas que, en un principio,
prometían diversión y aventura. La comunidad se une a la búsqueda, y efectivos
de la policía trabajan incansablemente para encontrarlo, aferrándose a la
esperanza de un milagro en medio de tanta desesperación.
Esta jornada tan especial, que
debía ser un tiempo de conmemoración del esfuerzo y la dedicación de los
estudiantes, se transformó en un recordatorio doloroso de fragilidad de la
vida.
La playa, que hace poco fue
inaugurada por la Municipalidad Provincial de Moho, es ahora testigo de un
terrible accidente que ensombrece el alma de nuestra comunidad.
Hoy, mientras las olas
susurran en la orilla, cada rincón de la playa guarda luto, evidenciado por el
llanto de compañeros que, en medio de su tristeza, se aferran al recuerdo de
los momentos compartidos, de las sonrisas que ahora se han desvanecido.
Le hacemos llegar nuestras más
sinceras condolencias a las familias de los estudiantes y a todos aquellos que
se ven afectados por esta tragedia. Que el amor y los recuerdos de estos
jóvenes los acompañen siempre y que encuentren consuelo en la unidad que ahora
se forma en el seno de esta comunidad.
Un día de alegría ahora se
convierte en un día de reflexión y duelo, un recordatorio de que cada instante
es precioso y que debemos cuidar de nuestros jóvenes con amor y
responsabilidad.
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